El sexting.
¿QUÉ ES EL SEXTING?
Consiste en enviar mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico y sexual personal a través del móvil mediante aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales, correos electrónicos u otro tipo de herramienta de comunicación.
Habitualmente se realizan de manera intima, entre dos personas, aunque pueda llegar a manos de muchos otros usuarios si no se respeta esa intimidad. Lo que por desgracia es bastante habitual. De ahí´su mala fama, a pesar de ser una de las prácticas más comunes en la actualidad para #subir grados# tras conocer a alguien en una app de contactos, por ejemplo, o bien para calentarse en pareja y mantener relacione sexuales cuando la distancia lo impide o, simplemente por placer o para escapar de la rutina.
Pero lo que tendría que ser un juego erótico y algo placentero, podría convertirse en un verdadero drama si no consideramos los riesgos a los que nos exponemos
CONSEJOS PARA EVITAR LAS CONSECUENCIAS DEL SEXTING.
- NO envíes fotos intimas a desconocidos, incluso si insisten (el 10% de los adolescentes admiten haberse visto obligados a enviar imágenes comprometedoras).
- NO uses el sexting a alguien que te guste (si él o ella no tiene ningún interés en ti, podría compartir la imagen con sus amigos y compañeros de clase solo por diversión)
- NO envíes fotos desnudo ni mensajes sexuales aunque sea una broma, ¡Las consecuencias no son ninguna broma!
- No intentes obtener más "me gustas" con la publicación de una foto comprometedora en las redes sociales. Siempre habrá alguien que querrá usarla en tu contra.
- NO intercambies fotos desnudos. Si alguien te importa y te manda una imagen comprometedora, adviertele de las consecuencias y pídele que la borre de todos los dispositivos en los que se haya sincronizado. Si temes ofender a esa persona, puedes tratar el tema hacendo una broma.
CONSECUENCIAS:
Los riesgos de esta práctica comienzan con la divulgación de las imágenes o vídeos entre personas que no eran sus destinatarios. Al tratarse de contenidos íntimos, su difusión supone una perdida de privacidad, por lo que se produce un agravio en la reputación de la victima, deteriorando su imagen pública. El sentimiento de humillación y traición que ello implica puede provocar falta de confianza en futuras relaciones, además de problemas psicológicos como ansiedad, depresión, etc.
- Ciberbullying: la humillación pública puede dar pie a conductas de acoso al protagonista derivando en un ciberacoso.
- Extorsión o chantaje: el contenido también puede utilizarse como herramienta de chantaje solicitante cualquier recompensa a cambio de no hacer difusión.
- Grooming y acoso sexual: en los casos de acoso sexual o de acercamiento de adultos a menores con intenciones sexuales, es habitual esta extorsión por exigir que se envíen más contenidos, o incluso contacto sexual directo.
- Riesgos físicos: estos contenidos pueden ser utilizados para agresores para seleccionar sus víctimas. En ocasiones, los contenidos muestran elementos que ayudan a determinar la localización fácilmente (centro donde estudian, domicilio, geolocatización, etc).
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